Tu Equilibrio Interior

En ocasiones, las personas nos sentimos mal, lloramos, sufrimos, estamos bloqueadas, sentimos estrés, angustia, ansiedad, etc., pero no terminamos de tener claro cuándo necesitamos ayuda profesional.

Son muchas las personas que no se deciden a ir al psicólogo, a pesar de sentir que lo necesitan. El sufrimiento que asumen durante mucho tiempo es alto e innecesario, puesto que con una ayuda adecuada a su problemática podrían evitar daños causados por situaciones que no saben bien cómo gestionar o resolver.

Una terapia se inicia cuando el sufrimiento psicológico es tal que se hace insoportable e inmanejable, afectando a nuestras principales rutinas del ámbito laboral, del grupo social, de la vida en pareja/familia o en nuestra salud física y/o emocional.

La finalidad de la psicoterapia resulta de comprender al paciente y ayudarle a comprenderse por medio de una experiencia relacional terapéutica que favorezca la contención y la comprensión. De esta manera, se reducen los síntomas, pero también se promueven cambios en el funcionamiento mental, por tanto, en el comportamiento, en la adaptación al entorno, en la integración de la identidad psicológica y en el bienestar bio-psico-social. Esta idea de que el tratamiento psicológico ofrece una relación terapéutica que facilita el crecimiento de la personalidad concuerda con la definición de Salud Mental proporcionada por la OMS (Organización Mundial de la Salud), enunciada en 1948: “La salud es un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solo la ausencia de enfermedad”. El tratamiento psicológico supone “una comprensión y una experiencia relacional que va concluyendo en una mayor capacidad de amar, trabajar, disfrutar y tolerar”.